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miércoles, 28 de enero de 2015

La subordinación sustantiva

Puesto que ya hemos finalizado el estudio de las subordinadas adjetivas, vamos a centrarnos en las sustantivas y las adjetivas sustantivadas. Os dejo los apuntes.

jueves, 22 de enero de 2015

Tipos de textos


Podéis bajaros el cuadro de los tipos de textos en este enlace.


Aquí tenéis una actividad muy sencilla de clasificación de textos según su modalidad:

Actividad de clasificación  (Apuntes de lengua)


domingo, 18 de enero de 2015

Materia del examen nº1 2ª evaluación

El martes 27 de enero es la fecha del examen, conviene que tengáis muy presentes los temas objeto de estudio.

LITERATURA
La prosa medieval. Don Juan Manuel.
La lírica culta. Jorge Manrique.
El teatro medieval. La Celestina.

LENGUA
La subordinación adjetiva.
Análisis de oraciones simples y compuestas (yuxtapuestas, coordinadas y subordinadas adjetivas)
Técnica del resumen
El texto y sus propiedades
Uso de la h

viernes, 2 de enero de 2015

El resumen

A pesar de lo que pueda parecer, realizar un buen resumen es una tarea que entraña una cierta dificultad y que requiere aprendizaje. En esta entrada os dejo un archivo que recoge los requisitos de un buen resumen, así como dos textos para que empecéis a ejercitaros.

La técnica del resumen




Texto 1

El primer texto es un extracto de un artículo de Javier Marías, objeto de examen en las PAU  2013 de la UIB. 


Lo peor es que exportamos, me da la impresión, nuestras señas de identidad más feas. Primero fue la chapuza, que se veía raramente en Inglaterra o Alemania y en cambio ya está allí bien instalada. Ahora es el deterioro de los modales. En mis viajes de trabajo al extranjero me encuentro con comportamientos hasta hace no mucho impensables. Los editores que lo invitan a uno para apoyar la promoción de un libro con su presencia superflua (pero parece que lo que hoy importa más es la cara del autor y su cháchara, no su obra; “the singer, not the song”, como me dijo mi amigo Eric Southworth), a menudo lo tratan a uno fatal: le mienten, lo engañan, lo explotan, le mandan unos programas de actividades que luego se amplían a traición hasta el agotamiento, abusan lo indecible, se cobran su libra de carne en la piel del escritor exhausto. La prensa “interesada” suele ser caprichosa, informal y arbitraria, pretende que uno haga el idiota más de la cuenta y que se preste a sus ocurrencias más vejatorias. Pero todo esto viene ya de antiguo, uno está hecho a la idea, y más en tiempos de crisis, en los que nada le parece suficiente a nadie.

Más novedoso me resulta lo siguiente: uno viaja de una ciudad a otra, en tren, coche o avión,  acompañado por una persona del departamento de promoción, suele ser joven. Pues bien, esa persona, nada más tomar asiento en el medio de transporte que sea, sin decir una palabra, ni preguntarle a uno si le importa, saca su iPhone, su iPad o como se llamen, le da a uno el perfil o la espalda, finge que se ha evaporado y se enfrasca en su tuiteo, en sus SMS, en sus What’s App, su Skype o lo que sea, de los que puede no levantar la mirada en las dos o tres horas de trayecto. Debo decir que lo prefiero: si uno se pasa el día soltando rollos en entrevistas y presentaciones públicas, lo último que desea es seguir hablando en los ratos muertos o libres. Lo llamativo es que esos encargados de prensa, de los que uno es huésped, ni siquiera hagan amago de ofrecer un mínimo de conversación, ni consulten su preferencia, ni se disculpen por su absoluto desinterés por quien está a su lado. Creo que no son conscientes de su descortesía, es decir, les debe de parecer lo más natural del mundo, darán por sentado que todos llevamos iPhones y iPads y que a todos nos atrae mucho más intercambiar mensajes-píldora con los ausentes que departir con quien se halla presente. La verdadera conversación pertenece al pasado, a quién le interesa.
Javier Marías, El País Semanal


Texto 2

Os propongo otro interesante texto de Vicente Verdú  titulado: Hikikomori, publicado en El País en 2002, aunque de candente actualidad, pues este fenómeno se está afianzando entre los jóvenes europeos.


Fuente


Hikikomori
Desde finales de los noventa, en Japón aumenta el número de los hikikomori, los «enclaustrados». Esta población, formada por adolescentes y por jóvenes entre los 20 y los 30 años, se caracteriza por encerrarse en sus cuartos y no salir en meses. Entre los cientos de miles en esta situación se encuentran los otaku, que ya ganaron fama llevando hasta la exacerbación el aislamiento con los walkman. Ahora, además, se suman especies diferentes y nuevas. Se trata, en conjunto, de criaturas pasivas como bultos, que creen haber visto todo lo que había por ver y desdeñan cuanto ocurra más allá de sus cuatro paredes. ¿Salir para qué? Son, en su mayoría, hijos de empleados medios que llevan una vida media, telespectadores de programas mediocres que compran en supermercados con descuento, veranean en playas atestadas y duermen los domingos hasta la hora de comer. (...) Han decidido, en fin, cambiar el exterior, rutinario y hacinado, por una vida en el interior. Tampoco por una vida interior porque, según afirman los psicólogos, los hikikomori eluden implicarse en una experiencia que les requeriría desgastes y conflictos. Se enclaustran, pues, no para orar, sino para no gastar. Para ahorrarse la vida que les caería encima si siguieran los pasos establecidos y de cuya fatalidad procuran defenderse, mediante el antagonismo de la indiferencia. Efectivamente, la desaparición de las utopías ha desencantado notablemente el mundo (o la excitación por vivir), pero hasta hace poco, el afán de hacerse famoso o comprar muchos bienes de lujo habían llenado parte del vacío. ¿No ocurre ya así en Japón? Los hikikomori, contemplados a simple vista, parecen vegetales y, por lo tanto, más simples que cualquier animal, pero observados con otros ojos, su lela compostura resulta orgánicamente justa: la clase de vida que se les ofrece, en cuanto parte de la gran masa, no merece el precio que el sistema les reclama. De modo que una de dos: o la calidad mejora o los hikikomori, como seres humanos, no darán más que cero de sí.
                                                                                                        Vicente Verdú, El País.

Podéis descargarlo también en este enlace: Hikikomori de V. Verdú

Si os interesa el tema:


"Hikikomori": perdidos en su habitación





Banda correctora (Selectividad UIB)


1ª entrega 2ª evaluación

Fecha límite de entrega de estas actividades: la medianoche del domingo 11 de enero de 2015.

LITERATURA

Jorge Manrique y Las Coplas (Crucigrama· Rosa Mª Martínez)
Literatura medieval (Crucigrama · Rosa Mª Martínez)


LENGUA

Sintaxis
Funciones sintácticas de los relativos (Rosa Mª Martínez)

Ortografía:
La h en prefijos (Proyecto Aula)
Uso de la h (Apilicaciones Info)
Homófonos (J. Genover)